Rómulo Lares Sánchez
Caracas 5 de marzo de 2007
Dr. Luis Ugalde Sj.
Rector de la Universidad Católica Andrés Bello-UCAB
Ciudad.
Muy distinguido y apreciado Padre Ugalde:
Tengo el agrado de dirigirme a usted con el objeto de manifestarle algunos comentarios sobre su “Carta abierta a Adán Chávez” publicada el 1.03.07 en “El Nacional”, pág. 11.
Esta correspondencia la he considerado obligatoria debido a la percepción de la diversidad de interpretaciones que se hacen de su “carta”, por lo que compartiría su respuesta pedagógica con la nación, dado el prestigio personal suyo y su conocimiento específico sobre el tema de la educación, lo que nos daría la oportunidad para aclarar la interpretación del mensaje contenido en el referido documento.
Adicionalmente me mueven tanto mis responsabilidades como miembro del Consejo Superior de la USB, como la frustración que para algunos conocedores del tema electoral venezolano produjo, convencidos al saber comprometida de antemano la esperanza que le ofreció al país la iniciativa conjunta de la UCV, USB y UCAB, para auditar el Registro Electoral-RE, base de datos contaminada y manipulada de tal manera a partir de 2003, que obliga a extender su certificado de defunción, es decir a confirmar la imposibilidad de auditarlo, por lo que cualquier estudio serio sólo permitiría determinar las causas y las responsabilidades de semejante fraude a la nación. La recomendación de los expertos que he suscrito nos señala la obligación y necesidad de construir desde el primer registro un nuevo RE.
Usted le augura al señor Adán Chávez éxito y se ofrece para colaborar en lo posible con quien empieza una función pública. Tal y como yo veo el régimen de Hugo Chávez y el resto de los funcionarios públicos de todos los poderes nacionales, es con el prisma de la ilegitimidad e ilegalidad. Hugo Chávez, como consecuencia del fraude electoral continuado fue proclamado “ratificado” por un CNE a su vez ilegal, por lo que la consecuencia directa es que a partir del 15.08.2004, usurpa la presidencia mediante la complicidad de los poderes públicos y de las oposiciones políticas y, mediante el abuso de los recursos de la nación. Díganos padre Ugalde, ¿cómo podemos los ciudadanos, los demócratas ofrecer respaldo a semejante estado de ilegalidad, de violación de los derechos humanos, a un régimen considerado promotor del terrorismo de estado nacional e internacionalmente? ¿Significa que está usted aceptando esta situación? ¿Son prioritarias la educación en general, la UCAB y la Iglesia Católica en particular, antes que los valores no democráticos, pervertidos, no negociables, que serían promovidos a través del sistema educativo, a pesar de lo que usted o el resto de país deseemos?
Mientras en Venezuela el régimen viola tanto el espíritu como prácticamente todos los artículos de la Constitución y se practica, repito, el terrorismo de estado, usted considera que sin instituciones, sin seriedad en la acción política en general cómplice del estado de cosas, el país acepte la “palabra” de un miembro del régimen y se logre la armonía, se disipe la alarma de mucha gente “sobre tres realidades-amenazas que usted puede aclarar, crear confianza y transformarlas en pilares básicos para una confluencia nacional de grandes consensos y éxitos educativos”. Usted se refiere a: 1) Escuelas bolivarianas; 2) El papel rector del Estado y 3) Educación en valores.
1) Escuelas bolivarianas: Usted señala que fueron creadas para que el niño asista todo el día y se concentren los esfuerzos del sistema, presupuesto, maestros, actividades complementarias, alimentación, es decir, la educación integral. Nos explica que se requiere el esfuerzo combinado del Estado y las alianzas entre educadores, padres y representantes e instituciones educativas y concluye: “Nada de esto funciona adecuadamente pero puede hacerse”. Pero padre Ugalde: ¿No es eso lo que se quiere hacer desde que se promovía la democracia mediante el “experimento democrático” entre 1960 y 1998? ¿No es eso lo que ofreció en campaña electoral y ha debido hacer el régimen, que hoy usurpa los poderes públicos, desde hace más de 8 años? ¿Qué es lo que lo ilumina y le hace ver la posibilidad de que todo esto cambie porque tenemos un nuevo ministro?
2) El papel rector del Estado: Usted nos dice que este es “otro tema de fácil acuerdo, si hay voluntad”. Como usted también menciona “Fines y deber “irrenunciable” del Estado en educación, como irrenunciables son las responsabilidades de la familia, de la sociedad y de los educadores; la deben ejercer apoyándose mutuamente con alianzas virtuosas y participación democrática”. Ahora bien padre Ugalde: ¿Cómo en una sociedad dividida por la inexistencia de valores más que por la confusión de valores, se puede lograr lo que usted receta? ¿Cómo ante un régimen y una sociedad cuyos dirigentes, en general parecen despreciar los valores democráticos, se pueden lograr “alianzas virtuosas y participación democrática”?
3) Educación en valores: ¿Cómo le vamos a entregar la rectoría de la educación en esos valores a un régimen que practica y promueve los anti-valores de los que quedaron escritos en una Constitución? Como usted afirma “la mala hierba de los vicios no se extingue con sólo deseos”, de los que pensamos democráticamente, que aunque ha quedado demostrado somos indudablemente la mayoría, pero estamos sometidos bajo un régimen dictatorial, que promueve y promoverá sólo sus “valores”. Realmente sorprende que usted se pregunte ¿es tan difícil generar confianza en estos puntos?, también que afirme: “el intento de imposición desatará un infierno y fracasará. El éxito pasa por el acuerdo de todo el país plural…..”
Creo que una de las fuentes de la diversidad de interpretaciones se origina en su referencia a: “La Constitución señala la triada solidaria entre sociedad, familia y Estado como la alianza que nos llevará al éxito. Los educadores son los actores centrales en la escuela y con ellos se concreta esa alianza”. Habiendo experimentado personalmente la educación como alumno, educador y administrador, adicionalmente a las interrogantes expresadas, siempre he considerado al “educando” como el centro de la escuela.
Padre Ugalde por favor ilústrenos sobre el sentido de su pregunta: ¿Será verdad que se cocina en secreto un cambio constitucional para subordinar todo al Estado-partido de gobierno? El cambio en secreto ha sido declarado abiertamente por el régimen dictando el secreto del contenido de las reuniones de la comisión presidencial a cargo de tales cambios, los cuales serán conocidos cuando sean publicados en Gaceta Oficial. Pero, ¿cuál es la trascendencia si los cambios, ilegales e ilegítimos, que como rutina practica el régimen se efectúan a espaldas de las sociedad?
¿No cree usted padre Ugalde, que la imposición de todas las iniciativas del régimen ha desatado el infierno y el fracaso para muchos?, pero para el régimen es sencillamente la concreción del avance de la destrucción de las instituciones. Usted le escribe al ministro: “No lo olvide, el intento de imposición desatará un infierno y fracasará. El éxito pasa por el acuerdo de todo el país plural”. No se si interpreto correctamente, pero percibo una advertencia al ministro Chávez. Ahora bien padre Ugalde: ¿No estamos viviendo en un infierno en Venezuela? ¿No han sido impuestas al margen de la Constitución, las leyes y el sentido democrático, plural, centenares de decisiones en todos los órdenes de la vida? ¿Está primero la educación que la lista de los derechos humanos violados institucionalmente en Venezuela?
Gracias por su atención y la orientación que a bien tenga concederme con relación a los temas planteados.
jueves, 26 de marzo de 2009
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