martes, 3 de abril de 2012

MOVIMIENTOS SOCIALES PARA RECUPERAR A VENEZUELA

EL MOVIMIENTO DE MOVIMIENTOS-MdM SOCIALES PARA RECUPERAR A VENEZUELA Rómulo Lares Sánchez. 31MARZO2012 La Cátedra “Pío Tamayo” de la UCV instaló el 26MARZO en su espacio tradicional de la planta baja de la Biblioteca Central durante casi 30 años, las “JORNADAS POR LA NUEVA VENEZUELA”. Los puntos específicos de la primera sesión se convinieron al inicio: 1) Pertinencia de la organización del colectivo y 2) El fenómeno de la polarización. Para el primer objetivo disponíamos de los más recientes avances de la investigación del profesor Manuel Rodríguez Mena sobre el Movimiento de Movimientos, tesis sobre la que hemos venido reflexionando en la CPT desde 2006. También disponíamos del documento- invitación de sus coordinadores para este debate y de algunos artículos relacionados con la polarización, todos oportunamente publicados en la Red Internacional del Colectivo-RIC, blog de Internet creado en asamblea en 2008 con el objeto de evadir la censura y autocensura de los medios de comunicación social y ofrecer un espacio libre para la reflexión y el debate de lo actual. Los profesores Agustín Blanco Muñoz y Luis Marín reportaron el muy elevado interés sobre el tema en agenda, reflejado por abundante correspondencia y llamadas solicitando y respaldando este debate, con lo que habría quedado suficientemente respondido el punto 1) de la agenda, como lo ratificarían los asistentes. Los coordinadores de la CPT decidieron ofrecer la actividad a la memoria del Capitán de Navío Pablo Medina Silva, su amigo personal y de la CPT fallecido el 20 de marzo. Oficial de la Armada, uno de los líderes militares de la conspiración de izquierda y uno de los comandantes del alzamiento cívico-militar en Puerto Cabello, el “Porteñazo” (2JUN1962) para deponer el gobierno legítimo de origen, del presidente Rómulo Betancourt (1959-1964), surgido de la elección universal y directa del colectivo y al que le había sido declarada la guerra de guerrillas por parte de la izquierda financiada desde el extranjero y apoyada desde Cuba, en la que participaron numerosos miembros del Partido Comunista-PCV. Las bajas se elevarían a 400 muertos y 700 heridos. Los objetivos de la sesión habrían sido cumplidos. Se conformaron varias comisiones que darán forma a la agenda para el debate y la adopción de los principios teóricos y políticos para la acción de la organización, promoción y operación del MdM con carácter nacional. Sólo refiero en esta ocasión las reacciones que la invitación al espíritu del Capitán Medina Silva habría ocasionado, en particular, las contenidas en las intervenciones del general y doctor Herminio Fuenmayor, director de Inteligencia Militar del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez y la del doctor Alfredo García Deffendini, cofundador del FRENTE PATRIÓTICO y del BLOQUE DEMOCRÁTICO-BD, única disidencia organizada y activa contra la denominada “Coordinadora Democrática”, aparte del naciente Movimiento Demócrata Liberal-MDL, quien consignó los estatutos del BD para la consideración de las comisiones correspondientes, como opción de referencia para la organización del MdM. Fuenmayor advirtió que de haber sido anunciado el homenaje al Cap. Medina Silva no hubiese asistido, por considerarlo un criminal, responsable de la destrucción de las instituciones de la democracia. Como recién graduado oficial del Ejército le habría correspondido actuar en el “Porteñazo”, acción que condena tanto por la absurda planificación y costo humano y como abogado, dejaría constancia de su rechazo al carácter subversivo del orden constitucional que le impediría siquiera considerar la existencia de golpes “buenos” o “malos”. El doctor García Deffendini manifestaría su sorpresa por la ocasión seleccionada para el simbólico homenaje y su acuerdo parcial con Fuenmayor, considerando una contradicción que la sesión especial convocada con la mayor amplitud para iniciar la unificación de voluntades identificadas con todas las ideologías, con el objeto de construir un movimiento para el restablecimiento del Estado de Derecho, pretendiera iniciarse estableciendo un sesgo de la envergadura y significación con la alegoría épica al “Porteñazo”. Adicionalmente, manifestaría su desacuerdo con Fuenmayor, por cuanto a pesar de que sólo compartirían la profesión de abogado, considera que todo golpe que procure el restablecimiento del Estado de Derecho debería ser apoyado por un demócrata. Estimo, por una parte, que sería indispensable para el avance exitoso de cualquier iniciativa, que los conceptos fundamentales estén claros y que sean conocidos y manejados en acuerdo y adecuadamente por los participantes. Por otro lado, tanto con el “Porteñazo”, como por ejemplo con el decreto de “Guerra a Muerte”, desde la perspectiva histórica, podríamos estar de acuerdo o en desacuerdo, pero lo que los uniría a ambos en el presente sería que los entenderíamos como símbolos de acciones consideradas por los participantes como patrióticas y necesarias o indispensables, con independencia de que hoy pudiésemos juzgarlas y considerarlas equivocadas o acertadas, porque lo que las hace similares y trascendentes sería que quedaron registradas como iniciativas que pretendían devolver la libertad al colectivo. Considero que este aspecto del debate es el que es necesario tener presente hoy, y no el parroquial, el de si representaba una u otra ideología, o a patriotas o realistas, sino la convicción del apego a los principios libertarios universales y constitucionales de nuestro Estado de Derecho y al respeto por los derechos humanos. En la CPT, durante los últimos 6 años, habría quedado constancia irrefutable tanto de la inexistencia del Estado de Derecho como de la violación sistemática, permanente y continuada de los derechos humanos civiles y políticos de todos los residentes, por parte del régimen establecido con las denominadas oposiciones a partir de 1999, transformándose en modelo del Estado totalitario. Esta sería una de las razones fundamentales para explorar la conformación de un frente diferente al régimen-oposiciones-MUD, que definiría de forma precisa el sentido con el que concebiríamos y del que se ocuparía nuestra “disidencia”. Este es también el origen de la denominada “polarización”, fabricada en los laboratorios para el fraude y el engaño político-jurídico-administrativo-electoral conjunto entre régimen y “oposiciones”, con el objeto de anular la verdadera polarización que existiría desde 2003, por lo menos, entre el régimen-oposiciones, primero Coordinadora Democrática y ahora MUD, enfrentadas ambas contra las mayorías nacionales que desprecian tanto a úno como a otras, y que son maltratadas, perseguidas, exiliadas, secuestradas y asesinadas, por lo que serios investigadores las han documentado con precisión como la trágica existencia del “apartheid criollo”. Tenemos entonces los escenarios de dos indiscutibles golpistas-presidentes, Rómulo Betancourt y Hugo Chávez. El primero ungido entre 1945-1948 mediante golpe revolucionario cívico-militar y, por segunda vez, como referimos, entre 1959-1964, por voluntad popular expresada por el colectivo con el sufragio universal y directo y el segundo, fracasado en los intentos de golpe militar del 4FEB1992 y del 27NOV1992, posteriormente elegido de forma legítima el 6DIC1998, pero a partir de los Referénda Consultivo y “Ratificatorio” del 2FEB2003 y 15AGOS2004, adicionó a la condición de golpista-presidente la de usurpador de la representación del Estado y de su jefatura así como la de las Fuerzas Armadas, como consecuencia del fraude político-administrativo-electoral sistemático, permanente y continuado establecido por su régimen-oposiciones a partir de los Referénda constitucionales de 1999, hasta las pantomimas electoralistas primarias del 12FEB2012 y las previstas el 7OCT2012 y en 2013. Quedaría plenamente establecido el carácter adicionalmente subversivo del régimen a partir de 1998, pero no sólo en cuanto a la legitimidad y legalidad de su origen sino en cuanto a su desempeño, por lo que se equivocarían aquellos quienes como los doctores Fuenmayor y García Deffendini denominan de forma inapropiada como “golpe de Estado”, a una acción específica ordenada con claridad por la Constitución. Está muy claro en lo político, jurídico, administrativo y electoral que los golpistas son más bien aquellos que por partida doble 1) usurpan los poderes públicos en general, quienes adicionalmente 2) toman decisiones contrarias al Estado de Derecho y violan de forma sistemática los derechos humanos. La Constitución de 1999, concebida como un jarrón chino, establece con mayor claridad que las anteriores, la obligación de todos los ciudadanos investidos o no de autoridad, civiles y militares, de desconocer la autoridad usurpada así como todas sus decisiones, normas, decretos y leyes, y también de actuar con los recursos disponibles y a su alcance para restablecer su vigencia. Esos son los famosos artículos 333 y 350, que al tratarse de criminales armados, peligrosos y defendidos con las armas de las Fuerzas Armadas, correspondería también a éstas en su carácter de “policía constitucional”, someterlos y detenerlos para restablecer autoridades legítimas, de manera que pueda la Justicia ser restablecida y los criminales enjuiciados. Estos argumentos habrían sido los que me condujeron a dar la bien venida al espíritu y la memoria del Capitán Medina Silva, invitado por la CPT, e invitar al del Libertador Simón Bolívar, permanente invitado del golpista-presidente-usurpador, reservándole también una silla en nuestra sesión, para subrayar ante la asamblea que lo clave de sus presencias estaría, según mi criterio, en la comprensión de los valores que defendieron y con los que justificarían su responsabilidad en sus declaraciones de guerra civil. Lo trascendente y claro en la actualidad sería que las acciones referidas y ordenadas por la Constitución, que deberían ser las únicas aceptables para todos, exigirían hoy, de manera indiscutible de la acción militar, porque como he referido, es necesario someter militares y mercenarios armados con los recursos y las armas del Estado, que de forma clara usurpan los poderes públicos, mientras adicionalmente sus actos están todos desprovistos de legitimidad y legalidad, por lo que también éstos deben ser desconocidos y revertidos. El patrimonio expoliado de la “República” por individuos y corporaciones nacionales y extranjeras cuyos gobiernos jamás permitirían tales prácticas en sus territorios, deben ser todos recuperados, exigiendo las compensaciones complementarias correspondientes para la República y para todos los afectados de forma directa. La responsabilidad por los más de 150 mil asesinados, centenares de miles de perseguidos, acosados, exiliados y secuestrados tampoco podrían quedar impunes, sería adicionalmente inaceptable y contradictorio como argumento o coartada para la Paz. Por lo anterior, ratifico que he celebrado las diferencias referidas. Creo que contribuyen más bien a desnudar el silencio, las excusas y la complicidad del Alto Mando Militar y del cuerpo de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas, así como las de los actores “autorizados” y “no censurados” para el debate en los medios de comunicación social, conformados por miembros de las academias, iglesias, universidades, sindicatos, gremios, partidos políticos, organizaciones empresariales y organizaciones no gubernamentales de todo orden. Bienvenido entonces el debate para avanzar más allá de los abundantes diagnósticos disponibles para definir la acción, las acciones. Movimiento que no podría estar centrado en la inmediatez de la pantomima electoralista del crimen organizado que ocupa Venezuela, aunque tampoco debemos confundir actuando como si ésta se abandonara. No sería posible, por absurdo, participar votando ni mucho menos promoviendo por esa vía candidaturas o programas, ni siquiera los que creemos en la pertinencia del MdM, porque esa es la base para la usurpación y el sostenimiento del régimen-oposiciones. Entendiendo que la pureza y transparencia del movimiento individual y colectivo se podría comparar con una danza, preparémonos para bailar, individualmente o en grupos, pero bailemos con el ritmo del restablecimiento de las libertades, del respeto de los derechos humanos y del imperio de la Ley.