jueves, 26 de marzo de 2009

Dic. 5, 06. Vía electoral, inicio y fin de......

LAS DOS CARAS DE UNA MONEDA: EL INICIO O EL FIN DE LA VÍA ELECTORAL. Rómulo Lares Sánchez. 5DIC2006.

La operación de manipulación de la opinión pública, prioridad para el régimen desde 1998, se evidenció cuando dos miembros del ejército de la mayor confianza, titulados ingenieros, capitán Diosdado Cabello y teniente Jesse Chacón, recibieron el encargo de controlar y dirigir la Comisión Nacional de Telecomunicaciones-CONATEL. El balance de su gestión y el reconocimiento por su desempeño están a la vista. El complemento de tan eficaz operación, mucho más visible, fue la puesta en marcha de la Ley de Responsabilidad Social de Medios, referida por los propios medios como ley “Resorte”; la más clara evaluación del resultado de la aplicación de la ley, se desprende de las declaraciones que las tres máximas autoridades de la Sociedad Interamericana de Prensa-SIP dieran en Venezuela durante su última visita; señalaba, cada uno por separado, el presidente, la vicepresidenta y el secretario de la SIP: “Más grave que la censura impuesta por la elasticidad de los administradores en la interpretación de la Ley, es la autocensura impuesta por los propietarios y administradores de los medios”. Las conclusiones contenidas en el libro del Profesor Robert W. McChesney de la Universidad de de Illinois serían aplicables parcialmente en nuestro caso: “Medios ricos, pobre democracia. Política de comunicación en tiempos inciertos”

La desaparición de los partidos políticos, prácticamente sustituidos por asalariados de la burocracia pública, la Fuerza Armada y su componente de “reservas”, se complementa por las posiciones y el activismo político de los diversos medios de comunicación social. Si la condición de empleado público no es la realidad del registro de miembros de los partidos MVR, PJ y UNT, buena proporción de la maquinaria y el voluntariado electoral y de los votos escrutados sí correspondió con esta categoría de ciudadanos.

Estas realidades necesitan ser observadas y estudiadas; su comprensión será necesaria para entender la “nueva política” y para contribuir con la recuperación de la democracia. La posibilidad de decir o escribir lo que se desee no es, en absoluto, condición que demuestra la existencia de la libertad de expresión e información. Podría discutirse el tema a partir de la verificación de que la censura, establecida de hecho para la divulgación de ciertas opiniones cese, o encuentre espacio en medios controlados por el Estado y sus socios o por las oposiciones y los suyos.

Las dos caras de la moneda también dividen la nación. Un lado nos señala la “legitimación internacional” del régimen, del Poder Ejecutivo; poder usurpado a partir del 15AGO2004, por las demostraciones de la conspiración previa, desde la preparación del Referéndum Consultivo-RC, Referéndum Revocatorio 1-RR1 y RR2, así como las demostraciones científicas de las manipulaciones el propio día del RR2. Tan grave como la legitimación del régimen en su Poder Ejecutivo es, la legitimación del Poder Electoral. La incorporación de las “oposiciones” a la vida “democrática”, al “voto” del régimen, del CNE. Según la interpretación oficial, las oposiciones abandonaron la vía golpista, dando muestras con su participación hasta el final, de su condición de demócratas.

Pero el sistema electoral, el Consejo Nacional Electoral-CNE y el voto, demuestran sin lugar a duda alguna, para quien se disponga a observar la evidencia, que el primer escalón, el ladrillo indispensable para construir la democracia, el voto universal, directo y secreto, libre, desapareció en Venezuela. Verificada esta afirmación, del otro lado de la moneda se dibuja claramente la panorámica del desconocimiento legítimo de los resultados, por múltiples razones. El denominado candidato de la unidad nacional, denunció en su apresurada declaración de “reconocimiento” de los resultados, que efectivamente hubo fraude. De forma poco seria le precisó al país que el fraude había sido más grande de lo que reflejaban los resultados, leídos tan sólo una hora antes por el CNE.

El concepto de la “hembra medio preñada” se ha extendido a la hora de interpretar los resultados electorales. Los valores y principios, la ética de la interpretación posee una elasticidad tal, que desafía todos los conceptos y la lógica, el sentido común. Así nace una nueva teoría electoral según la cual, todas las acciones del acto electoral previas al día del “ejercicio del voto” son parte del folklore y son legítimas; el impacto de tales desviaciones se desprecia, así, como “valor inicial” se toma el valor cero reflejado en el inicio de la máquina de votación, lo anterior no cuenta, no es considerado elemento que afecte el resultado electoral. Esta es la teoría del régimen y, fue aceptada como condición por todo candidato interesado en participar en la última de las pantomimas electorales, el 3DIC2006.

Según la nueva teoría electoral, todas las actividades establecidas en el “cronograma electoral”, entre ellas la publicación oportuna del Registro Electoral-RE, el sorteo de los miembros de los organismos electorales subalternos, le inscripción de candidatos, la publicidad y propaganda, la participación de la FAN y, otros no listados tales como: el uso indiscriminado de los recursos públicos, la manipulación de la opinión pública mediante la manipulación de encuestas y de resultados de la gestión de “gobierno”, las amenazas a los participantes y a los “abstencionistas”, el desempeño de los medios de comunicación social, el proceso de cedulación clandestino, en fin, toda la gama de denuncias previas, simultáneas y posteriores al acto de votación, fueron desechadas a los efectos de la determinación de la “verdad” de los resultados. ¡Estábamos en un acto electoral más de la democracia!

Así llegamos al “canto de la moneda”, representada por los denominados “abstencionistas”, es decir aquellos ciudadanos que no son clasificados en alguna de las dos caras; éstos son en su mayoría ciudadanos que mediante la observación del desarrollo de los procesos electorales, a partir del Referéndum Consultivo de 2003, de sentirse amenazados y afectados por las celebérrimas listas Tascón y Maisanta, la exhibición de los perseguidos y detenidos-“secuestrados” políticos, de los exiliados, señalados como “políticos presos” y prófugos, todos fueron simultáneamente convertidos en los enemigos tanto del régimen como de las oposiciones, acusados de irresponsables, de anti-demócratas, pretendiendo que la nación olvide la manifestación popular más importante e impactante desde el 27FEB1989 y del 11ABR2002, ocurrida el 4DIC2005, cuando el 84% de los electores inscritos en el RE no se presentó a las urnas y el 6% votó nulo, manifestando más del 90% su rechazo tanto al sistema electoral del régimen y de las oposiciones como, simultáneamente, deslegitimando la Asamblea Nacional-AN.

El 3DIC2006 tanto el régimen como las oposiciones y sus candidatos de la unidad nacional y a la reelección, ofrecieron a los ciudadanos que creyeron en uno u otro, resolver la división del país de la que ambos son responsables, alcanzar la paz, mediante un acto electoral que fue organizado, convenido y ejecutado a espaldas de una porción importante de los ciudadanos, los denominados “abstencionistas”, los que fueron señalados responsables de la pérdida del candidato y, condenados con la responsabilidad del resultado. Al canto de la moneda, como es lógico, no se le asigna valor estadístico, las posibilidades de estabilidad luego del lanzamiento de la moneda al aire son sólo para la cara o el sello; esa minoría significativa sigue condenada a la marginalidad política por decreto de los lados de la moneda-medios de comunicación. Para “participar”, nunca obligación sino derecho consagrado constitucionalmente, deben plegarse, en contra de sus principios y valores, a alguno de los bandos con “derecho” en esta negociación.

Los parias de la sociedad y la política, identificados con principios y valores fundamentales, de libertad y dignidad, en la búsqueda de la verdadera democracia, de la ética democrática en su expresión básica, el voto, debemos continuar con nuestra lucha, con la prédica de esos valores, que también fueron ajenos al debate electoral en los últimos años. Los virus del culto al “inmediatismo” y al personalismo están presentes en la acción de los representantes y afectos de las dos caras de la moneda; es claro que para recuperar la democracia requeriremos influir u ocupar alguna de las caras, desde el canto, nunca obtendremos el derecho propio a participar, por consiguiente nuestras ideas no obtendrán la atención de los medios de comunicación; a quien pretenda liderar esta minoría se le recomienda olvidarse de la “política hecha con los medios”, de la “comodidad de los estudios de radio y televisión” y comenzar a recorrer los barrios y el país.

La improvisación presente en el ejercicio de la función pública y de la acción política mantendrá a Venezuela en la inestabilidad social, política, económica y la conducirá al caos y a la anarquía. Es imperativa la visión del largo plazo practicada como principio del quehacer cotidiano, que permitirá que el relevo esté adecuadamente preparado tanto para recuperar la democracia como para ejercerla y, enrumbar la nación hacia su estabilidad, paz y desarrollo. El rechazo al sistema electoral por la comprensión de que la verdadera irresponsabilidad es, la de los que han contribuido de una u otra forma a legitimar el estado de depravación en el que vive la República, decisión que nos enfrenta y cuyo costo personal puede ser alto, pero obtendrá la recompensa de la satisfacción del cumplimiento del deber, única guía para dejar a las generaciones que seguirán nuestro ejemplo y la única fórmula para obtener y mantener la continuidad de un país civilizado.

Los valores democráticos de la dignidad y de la libertad, inculcados en nuestra cultura y sociedad como consecuencia de las luchas por el derrocamiento de las dictaduras, establecidos y promovidos como norma social y política a partir del experimento democrático iniciado en 1959, nos permiten asignar “valores” y “altas probabilidades” a la posibilidad de incorporar progresivamente, al “canto de la moneda”, multitudes de ciudadanos que se decepcionaron y decepcionarán, al descubrir que han sido víctimas, material desechable, del engaño, de la burla, de la “pantomima” política y electoral. De esta forma, la moneda es calentada, se ablanda y se puede re-moldear en un cilindro, de tales proporciones que al ser lanzado al aire, jamás podrá caer en “cara” o “sello” sino de “canto”. Este proceso no tiene, ni debe, tomar necesariamente los lapsos de la “pantomima constitucional” como dogmas; tendrá sus propios lapsos, determinados por la “sociedad de artesanos” que participemos en la “creación” del cilindro.



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