domingo, 4 de marzo de 2018

VENEZUELA, the AMERICAS GREAT AGAIN, Fake News-US Foreign Policy & OAS


“THE ECONOMIST” titula su Editorial “The Americas” del 1 de marzo: "Cómo somete a prueba Venezuela el compromiso de América Latina con la democracia. La solidaridad regional no debe prevalecer sobre la defensa del pluralismo". ( https://www.economist.com/news/americas/21737555-regional-solidarity-should-not-trump-defence-pluralism-how-venezuela-tests-latin-americas )

Rómulo Lares Sánchez. 2Marzo2018.

Este es un aviso de ¡alerta urgente! para los lectores de “THE ECONOMIST” y sus asesorados, cuando pudiésemos caer en la tentación de tomar como referencia válida lo que expresaría su editorial. Atención con el tipo de basura que recibimos embelesados ​​en un paquete intelectual dorado.

Cuba no habría sido “invitada” desde 1961 cuando Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela, denunció la injerencia del régimen de Castro en las democracias latinoamericanas y actuó para lograr el consenso regional, en particular en la recién nacida que encabezó, hasta la fatídica develación del principal objetivo de Barack Hussein Obama, logrado tras sus 8 años en la Casa Blanca e iniciado no en 2015 sino cuando se inauguró en la V Cumbre de las Américas en Puerto España en 2009. (“EL PAÍS”, Madrid, Edición Europa, 10 julio 2016)

En lugar de una "distensión diplomática", esta sería un nuevo curso de 180 grados en la política exterior estadounidense que debería señalarse como: "su más clara corresponsabilidad con la violación sistemática de los derechos humanos de los latinoamericanos establecida como política de Estado", que se extendería desde Cuba a través del "Foro de Sao Paulo" hasta la ocupación progresiva de Venezuela a partir de 1999, iniciada con su dirección y operación de la guerrilla local a partir de 1960.

La iniciativa del presidente Pedro Pablo Kuczynski del Peru y los otros gobiernos de los países latinoamericanos que apoyaron la decisión regional de desnudar el verdadero y horrible rostro del crimen organizado transnacional disfrazado en la ideología del estado cubano, sería una brisa de aire fresco en el extremadamente tóxico comportamiento del Departamento de Estado de los Estados Unidos bajo la guía del equipo de asesores y asociados de Obama.

Para medir cuál es el grado de democracia en las Américas a través del comportamiento corrupto se cubre con la ideología de la Organización de Estados Americanos (OEA), en otro caso controlado como Honduras, como es el caso de Venezuela, donde la OEA ha sido responsable de gran parte de la política exterior de Obama y de los EEUU para promover a Cuba como el principal interlocutor o contraparte del subsecretario de Estado para América Latina y del Comando Sur del Ejército de EEUU.

Ya el comportamiento de Obama en relación con la democracia, representado por su planificación y operación de programas relacionados con las elecciones locales en Chicago, las de su Partido Demócrata en la Florida hasta el recuento en las elecciones y la decisión de la Corte Suprema para suspenderlo decretando la proclamación de George W. Bush, que oscurecerían definitivamente el derecho a la participación política de sus ciudadanos y calificaría a los EE UU para ser sancionado por no cumplir el criterio de Quebec para la membresía en la OEA.

Venezuela no sería el caso más dramático de regresión democrática en América Latina porque no ha habido democracia en Venezuela a partir de 1999 cuando se inició claramente su ocupación por los cubanos y sus aliados, incluidos estados: Rusia y China, pero también organizaciones transnacionales del crimen organizado y del terrorismo: FARC, ELN, Hezbollah y ETA, entre otros.

“THE ECONOMIST” valida datos que están completamente manipulados por el programa sistemático de la ocupación extranjera que ha modificado todas las estadísticas nacionales incluyendo la base de datos de la identidad desde 1999, cuando Cuba tomó el control de la misma. Una antigua investigación validada en 2006 estimó en alrededor de 2.6 millones las modificaciones que, entre otros muchos crímenes, deberían explicar por qué el gobierno de Obama calificó el régimen venezolano como una amenaza para la seguridad interna de los EEUU y el Reino Unido estableció la visa para los venezolanos, cuando muchas de las identidades falsas como nacidos en Venezuela aunque realmente en el Medio Oriente, establecieron residencia dentro de sus territorios.

La otra cifra completa sería hoy de más de 3.5 millones de personas que huyeron del país convirtiéndose no en un problema de migración sino en desplazamiento de población, de más del 10%, que habría sido celebrado por el mundo libre y desarrollado para incrementar rápidamente sus activos nacionales cuando más del 40% estaría acreditado con maestrías y doctorados, muchos obtenidos en ese primer mundo.

El mentor de Maduro, adicionalmente inhabilitado por nacimiento para ocupar la Cancillería o la Presidencia así como de Chávez fue Cuba. Y los resultados de sus políticas sobre Venezuela, el hemisferio y el mundo deberían ser considerados para un premio de gestión y logro político en los departamentos de ciencias políticas y negocios del INSEAD o de HARVARD, porque correspondería con lo que habría sido programado mientras tomaban el control del Poder Público Ejecutivo en 1999, principalmente de las Fuerzas Armadas venezolanas y del resto de los poderes públicos, iniciando con el Judicial y con el Electoral ejercido en el Consejo Nacional Electoral.

“THE ECONOMIST” designa como líderes de la oposición a quienes se convirtieron en la columna estructural principal del régimen, personas que legitiman sistemáticamente el estado general de fraude de una falsa nación en el concierto de miembros de las Naciones Unidas. Cómo explicar esto mientras que la última elección “libre” y verdadera en Venezuela sería la de 1998 cuando Chávez fue proclamado presidente electo. No hay oposición en absoluto, sino “oposiciones” simuladoras y simulaciones de ella.

Desde la "residencia" en Caracas de César Gaviria durante 8 meses en 2002, el ex presidente de Colombia como Secretario General de la OEA, conjuntamente con la Unión Europea y el ex presidente James C. Carter validarían y encubrirían la ocupación cubana de Venezuela. Desde entonces, habría quedado claro que volver a un estado de derecho y a un país libre sería imposible mediante los esfuerzos de sus propios ciudadanos únicamente, porque requeriría de una acción internacional y regional promovida y respaldada por otro cambio de 180 grados en la política exterior de los Estados Unidos.

El ostracismo y la ocupación comenzó para Venezuela en 1999, lo que se necesitaría para restablecerla es precisamente lo contrario.

Un cambio político, cultural en los Estados Unidos con respecto a la concepción de la democracia, que ampliase el “Make America Great Again” y el “Fake News” hasta todas las Américas, expresado desde su campaña presidencial por Donald J. Trump y luego sistemáticamente desde la Casa Blanca, determinando políticas que serían indispensables para retornar al Estado en Derecho y a la democracia en Cuba y en sus satélites en América, de manera que se comprendiese su urgencia para revertir el enfoque prevaleciente por décadas de una “ideología” del crimen organizado transnacional promovido por el  “Estado” cubano, para restablecer la democracia en las Américas para los americanos, excluyendo a sus aliados mencionados.

¿Cómo se explicaría que un medio de “grandes ligas” como “THE ECONOMIST” pudiese actuar en la manipulación de la opinión pública y de los asesores de los líderes del planeta?, como un generador de “fake news”

No sería esto solamente un fraude por cuanto sus consecuencias, más allá de la complicidad, conformarían su corresponsabilidad con la violación sistemática de los derechos humanos en las Américas, en el Continente y en el mundo.