jueves, 21 de enero de 2016

LA HISTORIA DE UN ENGAÑO: PANTOMIMA DE INSTITUCIONES EN VENEZUELA

La historia de un engaño en la farsa de la ilegitimidad: en la Asamblea Nacional el 15ENERO2016  Rómulo Lares Sánchez.

En esta fecha habrían estado reunidos en el Palacio Legislativo los principales responsables del holocausto de Venezuela y del parto de Venecuba, consumado en el mismo espacio el 2FEBRERO1999, cuando la mayoría política en el Parlamento bicameral y en las legislaturas de los estados habrían concedido, en silencio, la “luz verde” a la amenaza directa del legítimo Jefe del Estado y su “polo patriótico”, quienes anunciaran como prioridad de su gobierno la destrucción de la institucionalidad de la República, colocándola al servicio del crimen organizado transnacional, traicionando la patria y determinando nuestra ocupación por el ejército de otro Estado.

Podríamos argumentar con demasiados ejemplos que tampoco los Estados Vaticano, los “amigos” así como el resto de la comunidad internacional de naciones, siempre presentes con sus embajadores e intereses, podrían evadir su responsabilidad por las consecuencias históricas de su diplomático y sistemático silencio.

¿Podrían los actores e invitados al Palacio Legislativo negar su contribución con la longevidad del régimen y por consiguiente con la violación sistemática e industrializada de la lista completa de los Derechos Humanos a partir de 1999? ¿Cuánto ganaría la causa para la recuperación de la Republica cuando aceptasen someterse al Imperio de la Ley, mientras que con el colectivo nos avoquemos a la expulsión del ejército de ocupación y al restablecimiento de nuestra nacionalidad y de nuestras vidas?: ganaríamos la certeza del restablecimiento de las ruinas de Venezuela.

Esta “realidad” podría explicar el disparatado escenario, caricaturado con expresiones como la ilustración gráfica del “humor” venezolano, de los laboratorios para la manipulación y las partituras de los solistas, quienes se limitarían al discurso aceptado y negociado, adaptándolo a la censura y autocensura establecida en y por los medios de comunicación social e instituciones nacionales, acordadas en otra exhibición de la desaparición de la ética de la cultura de Occidente y en la repartición graciosa del presupuesto público de los despojos de la nación.

Mientras los medios de comunicación exhiben su “imparcialidad” empujándose unos a otros para competir con más invitados que certifiquen, en declamaciones en tono pontifical, la imparcialidad del medio, “porque este canal invita y contrasta las dos opciones posibles, para que el ciudadano pueda informarse verazmente y formarse una opinión”, ningún medio de comunicación se ocuparía de presentar los puntos de vista de las mayorías que desprecian ambos bandos y sus bandas.  “El costo podría ser fatal”, susurran al oído los directores y accionistas mientras sus empresas prosperan.

Ante las cámaras, los usurpadores de los poderes públicos parecieran exonerarse mutuamente por su responsabilidad y complicidad en los crímenes de lesa patria y de lesa humanidad, que tendrían que ser determinados en tal categoría a partir de 1999 por la condición de su sistematización como política de Estado. Militares y civiles traidores a la patria y criminales prófugos sujetos a la jurisdicción planetaria sin prescripción, mientras que en Cubazuela reciben distinciones y honores.

Tomemos la referencia en la grotesca y sistemática cantaleta de los usurpadores en relación con la atribución mutua de la responsabilidad por los asesinatos de cuarenta y tres manifestantes durante dos meses de fuertes disturbios en 2014, atribuidos a los “excesos de las fuerzas del orden público” o a las “acciones criminales que pretenderían desconocer la legitimidad del gobierno constitucional elegido por el soberano”, equiparándolos con aquéllos ocurridos antes de 1999 como si fuesen de la misma clase o equivalentes, exonerándose mutuamente hoy con las etiquetas de “gobierno-oposiciones”, escondiendo cínicamente que durante ese par de meses habrían sido asesinadas alrededor de 4 mil personas, a razón de 2 mil por mes, también de la exclusiva responsabilidad de tales funcionarios, sus cómplices y encubridores, por cuanto mientras sólo se mencionan aquellos 43 compatriotas refiriéndolos como “jóvenes caídos en la lucha por la libertad y por un Estado en Derecho”, o como “asesinados por el terrorismo de la oligarquía y sus esbirros”, de esta manera se excluyen “desapareciendo” a los centenares de miles asesinados a partir de 1999 y se encubren las evidencias que podrían relacionarlos con las “políticas públicas”, que permitirían denunciar a las autoridades civiles y militares por la promoción de los asaltos, agresiones y por la “ejecución” disfrazada como acción fortuita del hampa común, fundamentos de la política del terror y en razón de su asociación pública y notoria con el crimen organizado, la subversión, el narcotráfico y la legitimación de capitales, que determinaría como resultado alrededor de 250 mil asesinatos, con más del 90% de impunidad, que se complementaría con alrededor del 8% de la población desplazada y en la categoría de emigrante, en realidad en el exilio, producto de otra “política” de estado: el “apartheid criollo del siglo XXI”.

¿Hablar de “presos políticos, que sí los hay”?. Cómplices todos de secuestro en razón de la convivencia con la pantomima administrada por el “Sistema Judicial”, porque en Cubazuela se desarrolla una paradoja en la que no habría uno sólo y, al mismo tiempo, todos seriamos “presos políticos”, las mayorías en “libertad condicional”, mientras que los pensionados en los antros primitivos, crueles e inhumanos del sistema penitenciario, que hasta disponen de su propio “Ministra del Gabinete”, permanecerían simplemente secuestrados, muchos, en el caso excepcional que se dictase la sentencia máxima correspondiente a su delito, verdadero o “imaginario”, pudieran haber excedido el lapso de “cautiverio”.

Podríamos afirmar que, en general, todos los residentes permanecemos “secuestrados” dentro del territorio nacional ocupado, sometidos a la política de Estado de la ley del terror. Sin embargo, los usurpadores osarían burlarse de la Sociedad Civil anunciando “debate y diálogo” para una “Ley de Amnistía para los presos políticos”.

Un régimen, conformado por los invasores, sus apoderados y las oposiciones autorizadas, por quienes comparten la ilegitimidad en el origen de sus mandatos públicos, nacida de la aberración del “Sistema Electoral”-CNE diseñado para el fraude y la traición que ambos sostienen a partir de 1999, consolidándolo en 2003 mediante la participación conjunta en la decisión arbitraria, ilegal e írrita de la Sala Constitucional del TSJ, con el propósito de invadir la autonomía y tomar el control absoluto de todas las instituciones asaltando el CNE.

Dicho asalto sería comprendido progresivamente por todos despertando la angustia y el clamor popular, de rechazo general de un colectivo desesperado, ultrajado y burlado descaradamente por los fraudes escandalosos del CNE, despreciado también por una porción importante de los partidarios y simpatizantes del “Jefe del Estado”, venezolanos avergonzados por la manipulación y la propaganda, a pesar de la lealtad obligada de los subalternos y de quienes dependiesen en algún grado directo del presupuesto de la Nación. Las listas Tascón y Maisanta del “apartheid” criollo serían aplicadas hasta hoy, sin misericordia.

Los fraudes electoreros de turno referidos habrían sido los referendos en contra del Jefe del Estado: Consultivo (2FEB2003) y Revocatorio (SEP2003), el primero saboteado por el TSJ y el segundo por el CNE designado por aquél, además de un “ratificatorio” (15AGO2004) invento disfrazado de Revocatorio e inexistente en la Constitución, fraude grotesco para desconocer la voluntad clara del colectivo, abrumadoramente mayoritaria, que habría revocado el mandato previo concedido “dudosamente” el 30JUL2000, despidiéndolo en ese acto.

El último gesto de la clase política y de las élites referible como digno, democrático, esperanzador de la gestación de una generación moderna con prospectos de estadistas, aunque abierta y fuertemente presionados, arrinconados por el colectivo en general y dentro de sus propias organizaciones, lo habrían dado algunos de los presentes para desconocer el régimen y promover su rechazo en la siguiente pantomima electorera de la Asamblea Nacional del 4DIC2005, mediante la no participación activa y pasiva, ni candidatos ni votantes para no convalidar el nuevo fraude y anular políticamente la proclamación de una AN “unicolor”, sin embargo, cambiando sin explicaciones súbitamente de rumbo, darían la espalda para traicionar descaradamente al colectivo reconociéndola de inmediato, en acción u omisión que los colocaría definitivamente en la acera de enfrente de la Sociedad Civil y de un Estado de Derecho, en asociación y complicidad, presumiblemente “involuntaria”, con la larga lista de crímenes por los que tendrían que responder, por ahora fuera de nuestras fronteras, a menos que el Sistema Penal Internacional sucumba también ante la arremetida “anti ecológica” e inhumana que disimularía la locura colectiva que, pareciera irremediablemente acabar con la propia vida del Sapiens sobre la superficie del planeta.

La condición de usurpador de la Presidencia de Venecuba por un criminal nacido y entrenado en el extranjero es legitimada con tan escandalosa pantomima, mientras que como ñapa se le exoneraría de sus crímenes y hasta de la responsabilidad tanto por el origen de su “mandato” como por las consecuencias de la comedia-decreto de emergencia económica, porque habría sido “una situación heredada”. Ratificarían pues el compromiso en el que compartirían la responsabilidad en la destrucción de Venezuela y sus consecuencias.

A la banda de criminales y traidores a la patria, disfrazados con los uniformes de la Policía Constitucional se les pide que “escuchen lo que tengo que decir”, como solicitando la venia a colegiales indisciplinados en el aula: “los militares no pueden estar sometidos a parcialidad política alguna”. ¡Qué efectivo llamado de atención!, ¿habrán conciliado el sueño aquella noche?, porque si reflexionaran ante tal “reclamo” no dudarían del cumplimiento de su deber ni de sus juramentos, concluyendo que habrían rendido las armas de la República para someternos a un ejército mercenario de ocupación en nombre del crimen organizado transnacional, tendrían entonces la certeza de que no sirven alguna parcialidad política.

Venezolanos, compatriotas: mientras no nos enseriemos, despreciando, denunciando toda connivencia o complicidad con las pantomimas evasoras de responsabilidades y, sobre todo, actuemos en consecuencia, jamás obtendremos Justicia, paz, ni recuperaremos la República, consolidándonos más bien como una sociedad de esclavos en pleno siglo XXI, despojos humanos aunque muy útiles para atornillar la ocupación, pretendiendo como enajenados alcanzar la “libertad” porque nos disfrazamos de ciudadanos.

Conclusión: “Decreto de emergencia económica”, ¡la economía y los bolsillos primero!, business as usual para restablecer la República, asegurando los peores índices planetarios, en todos los órdenes, ideales para administrar una sede corporativa mundial de la industria para la globalización de la subversión y del crimen organizado, practicando internamente las “políticas públicas” referidas con el propósito de someternos indefinidamente, condiciones que pasarían sin embargo en el “debate” a un segundo plano, invisibles y en silencio. ¡ Viva Cubazuela !

Mientras “maduraba” estos comentarios, se extiende la indignación colectiva en las redes sociales, tertulias, e informan algunos medios de comunicación social en el extranjero, porque dos damas, esposa y madre venezolanas, cuando visitaban a su esposo-hijo, quien “cumpliría condena injusta” - en realidad otro secuestrado más que se promociona como “preso político” -, el más prominente y conocido “secuestrado” del régimen, acompañadas por sus dos hijos-nietos, un niño y una niña menores de 6 años quienes habrían sido testigos y víctimas del horror y la maldad también sobre su mamá y su abuela paterna, denuncian los bochornosos y pervertidos detalles del trato “oficial” que habrían soportado durante dos años de parte de los miserables verdugos uniformados de militar, de “Policía Constitucional”, quienes serían “defendidos” por “compañeros de armas” en otro acto grotesco que seguramente ganaría el desprecio de muchos de los simpatizantes del conductor y prominente figura del régimen, así como de los asiduos televidentes de un “programa” de una de las tantas televisoras del Estado, cruda confirmación y detestables ejemplos de la inexistencia de límites para la locura humana, particular epidemia en la tragedia de esta miserable tierra ocupada, cuya expresión “institucional” patética más reciente, habría sido la pantomima de la “Presentación de la Memoria y Cuenta del Jefe del Estado ante la Asamblea Nacional”, el 15 de enero de 2015.