EN RELACIÓN CON LA CARTA ABIERTA-PETICIÓN
(*) DE VENECUBANOS A LA MUD EL 13MAYO2015. Rómulo Lares Sánchez. 05JUNIO2015.
(*) Suscrita por 106 ”Venezolanos Comprometidos con la Transparencia
Electoral” y publicada parcialmente por el FRENTE PATRIÓTICO (http://www.gopetition.com/petitions/propuesta-a-la-mesa-de-la-unidad-democr%C3%A1tica-relativa-a-c%C3%B3mo-enfrentar-las-actuales-circunstancias-electorales.html
y www.frentepatriotico.com).
No
sería la cantidad de firmantes sino la “calidad” de los mismos lo que debería
inquietar a las mayorías confundidas, desesperadas y aterradas, al colectivo,
de quienes no alcanzan a comprender qué es lo que pretenden quienes todavía hoy
continúan promoviendo el régimen y sus iniciativas electoralistas. Petición que
habría sido respaldada a la fecha, más bien, por 106 amigos venecubanos.
En
el territorio ocupado de Venezuela, bautizado VENECUBA por la Cátedra Pío
Tamayo del Centro de Estudios de Historia Actual-CEHA de la UCV, como
consecuencia de las conclusiones de las muy intensas y documentadas investigaciones
adelantadas hasta el año 2004, ratificadas sistemáticamente hasta nuestros días
y que se proyectan con claridad hacia el futuro, existirían dos clases de
habitantes, las minorías identificadas con ideologías e intereses financieros propios
y respaldados por la censura y autocensura institucional generalizada, por una
parte, que imponen su verdad, callan o contribuyen con ella, los venecubanos, y
por la otra, las silenciadas mayorías esclavizadas de los ciudadanos
venezolanos. Como resultado, un retroceso a las tinieblas de la Edad Media.
Por
lustros, los ciudadanos respaldaron a los partidos políticos y organizaciones
de la Sociedad Civil, sus “mesas” y sus “diálogos”, mientras engañados entendían
que participaban en democracia, pero también aprehendieron a partir de las
escandalosas manipulaciones electoralistas inauguradas en 1999 con la “constituyente”,
como en los fraudes electorales de FEBRERO y SEPTIEMBRE2003, cuando varios
millones de legítimas peticiones para convocar los Referenda Consultivo y Revocatorio
de Hugo Chávez, verificadas y aprobadas por el CNE fueron anuladas por el TSJ y
por la directiva ilegítima e ilegal impuesta por éste del luego premiado “magistrado”
Francisco Carrasquero, respectivamente, compañero de los auto exiliados Eladio
Aponte Aponte y Luis Velásquez Alvaray, informantes protegidos por el Sistema
Judicial de los Estados Unidos de Norteamérica en las investigaciones
policiales y judiciales para proteger la integridad de esa nación, en
consideración de su participación-asociación con el régimen del Estado
petrolero terrorista, subversivo, narcotraficante, legitimador de capitales y “reo”
de crímenes contra la humanidad, conocido como Venezuela.
Completaban
el equipo responsable del CNE con Carrasquero: Ezequiel Zamora, Sobella Mejías,
Jorge Rodríguez, Oscar Battaglini y Tibisay Lucena, además de un consejo asesor
integrado por Carlos Delgado Chapellín (+), Teodoro Petkoff y Guillermo García
Ponce (+). Ellos definirían y establecerían el “Sistema Electoral” de VENECUBA.
Bochorno
mayúsculo, burlándose de la nación y del mundo, violando en la práctica y por
sus consecuencias toda la lista de los Derechos Humanos para convocar un año
más tarde, el 15AGOSTO2004, otra vergüenza
criminal, un invento de “Referéndum Ratificatorio” que adicionalmente
ostentaría el récord histórico de participación-votando estimado en más del 90%
de los inscritos en el Registro de Electores-RE. Así entendió el colectivo que
contribuía, a pesar de los mega-vicios institucionales y electorales, para
restablecer la República de Venezuela.
El
siguiente crimen-traición se produciría en el fraude denominado “Elección de la
Asamblea Nacional” el 4DIC2005, cuando el colectivo, los ciudadanos, volvieron
a expresarse en alta voz, despreciando las burlas y los fraudes anteriores y
rechazaron con más del 85% de ausencia de los centros electorales (según el CNE
¡“sólo” del 75%!), aún sin considerar la intimidación y persecución generalizada
pro-voto mediante las listas del “apartheid criollo” Tascón y Maisanta, así
como la avalancha de propaganda, “premios y castigos” venecubana en general, manifestación
que atendía con claridad el mandato natural humano por la libertad y “constitucional”
en sus artículos 350 y 333: desconociendo la autoridad usurpada del CNE y del
resto de los poderes públicos y respectivamente, actuando como entendían
conveniente para restablecer las legítimas autoridades y el Estado de Derecho
en la República. Pero la “mesa” legitimaría la “AN”.
Habría
sido demostrado de forma incontrovertible que a partir del acto electoral con el
que la democracia venezolana honró la voluntad popular que eligió a Hugo Chávez
presidente de Venezuela el 6DICIEMBRE1998, no ha habido acto electoral alguno
que no haya estado plagado de todo tipo de violaciones y que pudiera ser
eximido de declararse írrito, de nulidad absoluta y como consecuencia, nulos
todos sus resultados y consecuencias así como nulos todos los actos públicos de
los usurpadores de los poderes públicos.
Miguel
de Unamuno ahora sí podría suscribir el contexto en el que se cita: “a veces
quedarse callado equivale a mentir”. La contradicción estaría en que en
VENECUBA se trata de engaño y traición con la dimensión de los crímenes contra
la humanidad, cuando desaparecieron las instituciones, centenares de miles
emigran y cientos de miles son asesinados mientras algunos pretenden promover
elecciones del régimen.
Serían
tales iniciativas perturbadas, sostenidas con el argumento según el cual es “mejor
hacer algo que no hacer nada”, que desprecian el sentido común y la Historia,
cuando habría sido establecido que es sabio callar cuando lo que se podría
decir contribuye más bien con el engaño-traición, y en nuestro caso venecubano
con la esclavitud y el genocidio, simplemente dando la espalda al honor, a las
mayorías, al colectivo, para proteger sus intereses en el régimen de ocupación.
En
VENECUBA no existen instituciones libres y todas las “mesas” y sus
participantes han sido simplemente cómplices, socios y colaboracionistas del
régimen. Sería absurdo pretender que una mesa-MUD y un CNE del régimen, es
decir, conformados en, y por este régimen, podrían restablecer la voluntad de
los ciudadanos, una República, por consiguiente un Estado legítimo en derecho.
Concluyamos
con Unamuno: “Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro
pasado”. Y como se trataría de una crítica entre amigos, agregaría: “Cada nuevo
amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún
por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da.”